sábado, 31 de julio de 2010

sábado, 22 de mayo de 2010

Resabio



Cuando se tuvo una enfermedad venérea, o hepatitis, o alguna otra, queda una cicatriz en la sangre que produce la imposibilidad de donar sangre.

Cuando Eva y Adán pecaron, provocaron un "estado de pecado" en ellos y en su descendencia, todos recibimos su sangre con la cicatriz del pecado.

Aún cuando controlamos sífilis, o VIH o hepatitis, si bien andamos sanos por el mundo, nuestro ADN declara que hay algo que no hace pura a esa sangre.

Cuando Cristo nos rescata de nuestro estilo de vida pecaminoso, nos pone en un Reino de Luz y nos ayuda a caminar por Él, pero la realidad es que; de ahí en mas, podremos hacer obras nuevas, andar en las buenas obras que fueron preparadas de antemano, somos realmente nuevas criaturas de ahí en mas, pero deberemos trabajar mucho, quizá todos los días de nuestra vida para que el virus del pecado no tome protagonismo nuevamente.

La inclinación, la tendencia a pecar nos acompañará durante el camino por esta vida, dependerá de cuánto alimente esa tendencia para volver a caer o no.

La libertad fue lograda en la Cruz, la hemos adquirido, pero para retenerla debemos luchar día a día, momento a momento. Mas allá de sentir o no los síntomas de la antigua enfermedad.

El resabio de las conductas maliciosas pasadas quiere tomar preponderancia, y dependerá de nuestra íntima y constante relación con el Señor para que eso no ocurra.

Hay garantía "en Cristo", hay poder "en Cristo", hay victoria "en Cristo", pero siempre y cuando estemos "en Él".

Los diabéticos tendrán que abandonar o renegar de su gusto por los dulces, los hepatíticos tendrán que cuidarse muchísimo siempre de los alimentos que se metabolizan en el hígado, los alcohólicos no podrán permitirse una licencia, ni podrán "coquetear" creyendo que esta vez no les hará nada, recordemos como ellos, que no es la última copa la que importa, sino la primera y así cada cual, mientras va siendo sanado debe cuidarse de no acercarse a lo que lo pueda volver a enfermar.

Si me acerco a Dios me alejaré de la tentación.

Si me dejo llevar por el gusto de lo que me enfermó (me hizo adicto), volveré a mi estado "de coma" y me costará mucho mas levantarme la próxima vez.

Si.!! se puede vivir en libertad, pero no debemos distraernos.

Nosotros en lo nuestro (adicción sexual) , otros en lo suyo, lo nuestro no es peor, es lo que nos duele, con lo que luchamos, pero todos los que quieren seguir a Cristo tendrán que luchar con distintas "cicatrices" en su sangre, la sangre del viejo hombre.

Renovemos ahora nuestro interior, hagamos una transfusión con la Sangre de Cristo, para que corra por nuestro interior Vida Nueva y tengamos la mente de Cristo y su conducta